Sonia Salas, religiosa de la Comunidad del Buen Pastor

Un importante trabajo de acogida y dignificación de los derechos de las personas migrantes es el que realiza la Fundación Madre Josefa, tema sobre el que Sonia Salas, religiosa y animadora de la comunidad conversó con nosotros.

¿Cómo partió la iniciativa con migrantes en Tala?

Es un compromiso a nivel congregacional, a nivel mundial estamos trabajando en acompañamiento de migrantes en sus proceso de regularización, en su dignificación como personas para que se sientan apoyados y no se sientan solos, para evitar que se vuelvan personas vulnerables. Construimos su red de apoyo para que se sientan seguros donde están hoy.

Es un tema presente en la agenda pública pero que mantiene problemas, ¿A qué cree usted que se debe esto?

A  los chilenos nos cuesta aceptar las diferencias, no sólo las raciales o de clases sociales, nos cuesta mirar a la persona con derechos iguales a los míos, con ganas de ser persona y vivir dignamente como yo. Se trata de rechazar a personas de color o algunos países estigmatizados por algunas situaciones sociales. Siento que aquí en Talca estamos haciendo un camino distinto, la comunidad de amigos y amigas de todos los pueblos es muy pequeña para hablar de experiencia, pero es un grupo que ha tratado de fortalecer una cultura de la integración y la aceptación que no se ha dado en otros lados, este es su máximo valor. Aquí de la puerta hacia adentro no hay Italianos, cubanos, o chilenos, somos todos parte de una comunidad,  promovemos el respeto por las diferencias culturales y el apoyo mutuo, ese es el sentido de comunidad.migranteshaitiucm_11

¿Qué respuesta ves de la comunidad de migrantes al llamado que hacen desde la comunidad?

Ha sido una respuesta muy linda y positiva. Podemos ver el grupo hoy, es un día de trabajo y se ha juntado un grupo que de alguna manera se sienten parte, están empoderados del espacio, y si alguien viene aquí es porque quiere hablar con cada uno. Eso es muy importante, porque siento que al final el objetivo que podríamos decir que tenemos como congregación lo estamos logrando. La persona vale más que un mundo dice mi fundadora, entonces eso lo siento vivo acá y que tiene respuestas. Puedo hablar con convicción y seguridad que eso lo estamos viviendo.

¿Qué tan importantes son las redes de apoyo que se forman y en particular la que se tiene hoy con la Universidad Católica del Maule?

Nosotros tenemos muchas redes de apoyo, pero siento que la Universidad Católica del Maule es la única institución que ha escuchado las necesidades reales que tenemos. O sea, sé que para trabajar las situaciones de procesos migratorios y de combate frente al fenómeno de la trata es imprescindible tener el apoyo del Estado, lo hemos tenido, hemos sido escuchados y nos han dado respuestas, pero de las necesidades que son básicas para la gente, como la oportunidad de aprender a hablar español para no sentirse vulnerable frente a la realidad nos la ha dado la UCM. El aprender a expresarse en los niños sobre las diferencias nos lo ha dado la Católica con las clases de teatro para niños. El aprender a que mi experiencia es válida para evitar el dolor a otros, con el libro que trabajamos sobre los testimonios de mujeres migrantes lo ha dado la Católica. Es algo que es impagable. Hoy estamos además pensando en dar una nueva cara al centro, y haremos un mosaico con los estudiantes universitarios y el apoyo de la UCM. Son cosas reales que no se pueden conseguir con el Estado, pero con la Católica del Maule trabajamos mirando a la persona, eso es algo en común, nuestra preocupación por el ser humano, no los votos o los números. Ha sido fundamental ser parte de la Pastoral Social y el apoyo del pastor Monseñor Horacio Valenzuela, el apoyo de los sacerdotes cercanos, ellos  ven que hacemos felices a la gente y se sienten felices también.

¿Qué sentido tiene para usted el llamado del Papa Francisco sobre ser más solidarios con las comunidades migrantes?

Es muy importante, es una de las cosas que mueve nuestra iniciativa. Sentimos que es la iglesia la que se preocupa por su cuerpo, por sus miembros y las personas que la conforman. Nuestro trabajo es el trabajo de la iglesia y es el llamado del pastor que quizás nos gustaría hacer muchas más cosas sobre lo que él pide, con otro espíritu, muchas veces nos equivocamos, pero lo poco que hacemos para la gente es harto.

¿Cuál es el mensaje para la comunidad sobre la mirada que deben tener sobre el tema de migrantes?

Yo invito a la comunidad a que den posibilidades, a que los empresarios abran las puertas y permitan que las personas demuestren que son capaces, a las instituciones a que respeten las diferencias, Debemos sentir el respeto por el dolor ante personas que no pueden comunicarse. El sábado pasado me tocó acompañar a una persona migrante al hospital y sufrían por no poder explicar que les dolía el estómago. SIento que una respuesta a las diferencias es que el personal que atienda pongan un poco más de atención en estos temas, si bien los enfermeros y médicos no pueden aprender todos los idiomas, deben tener al menos un gesto de cariño que sea de acogida y distinto para marcar la diferencia a todo nivel.